Cada vez se hacía más pequeñita en un espacio en el que todo gira, todo fluye, todo cambia menos su mirar.
A pesar de que aquel ventanal iluminase la maleta de su viaje eterno, jamás la abrió, jamás fue capaz de recordar.
Sabía que aquello le haría llorar. Pese a todo, se siente protagonista de su Historia.
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